Diego Trujillo Dangond es un actor y comediante colombiano que nació el 30 de julio de 1960, en la clínica Palermo de Bogotá, al comienzo de una década que cambió al mundo. Su infancia transcurrió en un típico barrio Bogotano, en las calles, cuando aún se podía, rodeado de vecinos y sus tres hermanos. Jugando tapitas en los andenes, montando en bicicleta, o escalando las tapias de las casas vecinas.

Estudió en el Gimnasio Moderno. Allí participó en la primera obra de teatro de su carrera, “Afuera o lo estrangulo”, que fue muy importante porque le mostró el camino; le permitió sentir algo que reafirmará realmente muchos años después: que la actuación le apasionaba.

En ese entonces no se atrevió a tomar el camino de la actuación, porque no había dónde estudiar esa carrera en Colombia y tampoco era vista como una profesión en sentido estricto. Por eso entró a estudiar arquitectura en la Universidad Piloto, quizás porque, de cualquier modo, le permitía aproximarse al arte.

Terminó la carrera y la ejerció durante más de diez años. Pero en un momento dado descubrió que como arquitecto podía ser medianamente eficiente y que, en cambio, como actor podía llegar a destacarse. Nunca le ha gustado la mediocridad. Por eso en su vida se produjo un punto de quiebre y tomó la decisión de dedicarse a actuar.

No tenía otra herramienta más que el interés de ser absolutamente honesto consigo mismo. Solamente lo motivaba la certeza que provenía de muy adentro: lo que verdaderamente le apasionaba en la vida era la actuación. Tenía la convicción de que uno solo puede ser realmente ser exitoso si hace eso que le apasiona y para lo cual tiene un verdadero talento.

Actualmente reparte la mayor parte de su tiempo entre dos grandes amores: sus hijos y la actuación. Como padre, se siente orgulloso y conmovido por lo que cada uno de sus tres fantásticos hijos aporta a su vida. Como actor y comediante, ha llegado a un punto de madurez que lo lleva a decantar con mayor sabiduría su trabajo. En definitiva, Diego Trujillo es un hombre afortunado al que se le dio el privilegio de hacer lo que ama y de vivir rodeado de los seres que ama.

Lo que completa esa estupenda sensación de plenitud es saber que cuenta con un público para el que siempre ha trabajado con el mayor respeto, y que le ha devuelto con creces ese cariño que Diego imprime en todo lo que hace para él.